TRATAMIENTO LÁSER PARA REJUVENER LA PIEL

TRATAMIENTO LÁSER PARA REJUVENER LA PIEL

Tratamiento láser para rejuvenecer la piel: innovación a tu servicio

Los signos del paso del tiempo en la piel son fácilmente reconocibles: alteraciones en la pigmentación, alteraciones en la textura de la piel con pérdida de firmeza y aparición de arrugas más o menos profundas. En los últimos años, el tratamiento láser para rejuvenecer la piel se ha erigido como el tratamiento estrella para mejorar la piel.

¿Qué es el resurfacing ?

El término resurfacing  se podría traducir como retexturizar  o, literalmente, hacer emerger una nueva superfície. Aplicado a la piel, esto se consigue eliminando la capa más superficial con el fin de provocar una regeneración de la misma que resultará en una matriz dérmica mejor organizada (formación de nuevo colágeno que mejorará arrugas y textura)  y una normalización de la epidermis (mejoría de la pigmentación y también de la textura). En las últimas 2 décadas el láser se ha posicionado como la mejor opción para rejuvenecer la piel, aunque los tipos de láser usados han ido variando.

El resurfacing ha ido cambiando….

Los primeros láseres empleados para el resurfacing eran láseres ablativos (CO2 o Erbium Yag). Estos láseres provocan una eliminación de la capa más superficial de la piel (epidermis) que, aunque muy precisa, no está exenta de riesgos. Los primeros láseres provocaban una eliminación continua de toda la epidermis provocando una herida significativa en toda el área del rostro donde se aplicaba el tratamiento. Esta herida tardaba varios días en curar (impidiendo la vuelta a la normalidad durante días) y había un riesgo significativo de infecciones, cicatrices anómalas o alteraciones en la pigmentación. El resultado, cuando no se daban estas complicaciones, era sin duda muy satisfactorio. Posteriormente y para minimizar estos riesgos, aparecieron los láseres fraccionados ablativos. El resurfacing fraccionado combina columnas de piel tratada con el láser (donde aparecerá herida) espaciadas entre si por columnas de piel no tratada, intacta. Des de esta piel no dañada por el láser se inicia el proceso de curación. Por lo tanto, el proceso de curación es mucho más rápido y la “cantidad” de piel dañada por el láser mucho menor con lo cual se minimizan los riesgos comentados. El resultado estético, aunque algo menor, es muy bueno y la vuelta a la normalidad más rápida (1 semana aproximadamente).

Pero la demanda de tratamientos más seguros y sin baja laboral es cada vez mayor. Además, los tratamientos antiedad son también deseados por personas cada vez más jóvenes con pieles no lo suficientemente deterioradas como para arriesgar tratamientos muy efectivos pero con cierto riesgo de las complicaciones ya mencionadas. Así surge el resurfacing fraccionado no ablativo, que emite columnas de calor que se traducen en columnas de daño dérmico sin apenas provocar herida en la epidermis. El efecto es la formación de nuevo colágeno que mejorará a textura y las arrugas finas de la piel y también resulta eficaz en las alteraciones de la pigmentación. Este láser no conlleva baja laboral y la vuelta a la normalidad inmediata.

¿Sólo resurfacing ?

En función del aspecto predominante a mejorar, podemos usar otros láseres o incluso combinarlos. Empleamos láser para tratamiento de manchas solares cuando éstas predominan (linkar-ho a laser lentigos) , empleamos láser de CO2 ablativo si se asocian lesiones verrucosas (como las queratosis seborreicas) o incluso usamos este láser para tratar las arrugas más marcadas.

Pero si estamos ante un envejecimiento leve o moderado, con alteración difusa de la pigmentación, alteración de la textura de la piel con poros dilatados y la presencia de arrugas finas, podemos aplicar un láser fraccionado no ablativo que nos mejorará la piel de forma global, el ya comentado resurfacing fraccionado no ablativo.

¿cuántas sesiones se precisan?

En el caso del resurfacing ablativo, la piel está fabricando colágeno durante meses así que no se suele precisar nuevas sesiones hasta pasado mínimo 12-18 meses.

En el caso del resurfacing no ablativo, mucho menos agresivo, se precisan varias sesiones separadas por mes, mes y medio. El número de las sesiones depende del estado previo de la piel pero los estudios muestran una mejoría de la calidad de la piel en todos los pacientes tratados tras 2 sesiones.

REFERENCIAS